viernes, 12 de febrero de 2016

La Proporción Áurea

    ¿Alguna vez han escuchado de la proporción áurea o de la espiral de oro? ¿No? ¿Les suenan extrañas o desconocidas? Pues, resulta que son más comunes de lo que podríamos pensar. Pero qué es está proporción, para qué se usa y por qué nos importa.

    Verán, la proporción áurea, también llamada número áureo o número de oro (la verdad es que tiene un montón de nombres que combinan áureo, número, proporción, razón y oro, pero son tantos que marean), es un número irracional, es decir, un número que no puede ser expresado como una fracción de enteros (número con decimales infinitos, como pi). Este número está representado por la letra griega phi y se ve así: ­­­φ = 1,61803398...

    Su uso más interesante está en las construcciones geométricas. El rectángulo áureo es aquel que posee una proporcionalidad entre sus lados igual al número áureo, y si se le quita la imagen de un cuadrado a su lado menor, se generará otro rectángulo áureo. Sé que suena horriblemente confuso, en especial para todos aquellos a los que no se nos da bien la matemática, pero como una imagen vale más...

                                  
      El rectángulo áureo se usa para construir la espiral de oro, la cual es una espiral logarítmica derivada de ese rectángulo. Como este no es un blog de matemáticas, no los aburriré con fórmulas numéricas.




    Esta espiral, o espirales que se asemejan mucho a ella, se encuentran de forma común en la naturaleza: en la forma de ciertas galaxias, en algunas conchas marinas y plantas, en ciertas obras de arte (los artistas, generalmente pintores, lo hicieron de manera deliberada), entre otras. Aunque no nos demos cuenta de ello o no le prestemos atención, nuestro cerebro sí lo hace, y asocia este patrón de espiral con algo agradable, bello y natural. Por esta razón, muchos publicistas usan la espiral de oro como base para sus imágenes y anuncios publicitarios, y algunos fotógrafos la usan como guía a la hora de tomar fotografías para que tengan un efecto más placentero y atrayente al ojo humano. 



    Resulta curioso cómo se puede cambiar o apelar a las percepciones de las personas a través de los patrones que nuestro cerebro reconoce y asocia. Si les ha gustado o interesado esta publicación, la pueden comentar, compartir o cualquier otra cosa que se les ocurra (excepto plagiarla, claro. Pueden usar las imágenes, salieron de San Google).   

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